Lisa
See es
una novelista de origen chino establecida en Estados Unidos y
que escribe en inglés.
Nació en París el 18 de febrero
den 1955 y se crió en el seno de una familia china asentada en Estados Unidos
desde tiempo atrás. Creció en el Chinatown de Los Ángeles, donde su abuelo era
una importante figura dentro de la comunidad china. See estudió en la
Universidad de Loyola Marymunt. Se graduó en 1979.
Biznieta del patriarca de China
Town de Los Ángeles, Fong See, fue criada en el seno de su familia de
origen chino. Su madre, Carolyn See es también escritora. Con ella y el también
escritor John Espey -pareja de Carolyn desde 1975 hasta la muerte de éste en
2000-, Lisa See ha publicado tres novelas bajo el seudónimo de Monica Highland.
Lisa See nació en París, donde
sus padres estudiaban ("Eran tan pobres que utilizaban un cajón del
armario como cuna para mí"). Pero se crió en Los Ángeles, en el barrio
habitado por la laboriosa y humilde comunidad china. De este modo ha ido
confeccionando una obra salpicada de tramas ambientadas en China
Durante trece años fue
corresponsal en la costa oeste del semanario Publishers Weekly. Sus artículos
han aparecido en medios tan importantes como The New York Times, Los Angeles
Times y The Washington Post.
Actualmente, Lisa See vive
en Los Ángeles con su marido y sus dos hijos.
Su narrativa se centra en las
costumbres de origen chino. Lisa See es conocida por sus novelas de
estilo costumbrista, ambientadas en su mayor parte en China, con especial
atención a su historia reciente y a la creación de personajes.
Lisa See también volvió a China. Sabía que si no se
sumergía en aquel gigantesco territorio nunca completaría el puzle de su
identidad. "La primera vez que entré en China fue en 1988, desde Hong
Kong. Cuando iba en el tren veía los poblados precarios de los campesinos del
sur a la par de la vía. Eran miserables pero en sus jardines se veía su
obsesión por la estética. Al ver aquel paisaje sentí una clara conexión con los
barrios donde yo había crecido. Supe que lo que yo había sido siempre era una
campesina china del sur".
See también es conocida por su interés en recuperar la importancia de la
cultura china en ciudades como Los Ángeles, siendo una conferenciante habitual
en centros como el Museo Smithsonian. A
lo largo de su carrera ha obtenido menciones de los premios
Asian/Pacific y de varias asociaciones culturales y sociales
chinoamericanas.
Premios
2001: Mujer Nacional del
Año, distinción concedida por la Organización de Chinos Estadounidenses
2003: History Makers
Award, concedido por el Museo Chino Estadounidense
2005: Libro del mes
por El abanico de seda concedido por los libreros independientes de
Estados Unidos
2005: Libro del año por
el mismo libro, concedido por los libreros del Sur de California
Premio a la Mamá del Año
que le concedió la Fundación Christopher Kendall
Su página web:
Sus novelas tienen una prosa
elegante y sencilla, muy bien ambientadas, y con gran riqueza costumbrista.
Sus libros
Muñecas chinas 2015
Sueños de felicidad
2012
El pabellón de las peonías 2007
El abanico de seda
2005
La trama china 1999
La telaraña china 1997
Gold
Mountain 1995
Novelas firmadas como Monica Highland (con Carolyn See y John
Espey)
·
Lotus
Land. New York, McGraw Hill, 1983.
·
110
Shanghai Road. New York, McGraw
Hill, 1986.
·
Greetings
from Southern California. New
York, McGraw Hill, 1988.
Sus palabras
Aspectos personales:
“Siempre he visto caras chinas,
y cultura china, y eso, lo que te rodea, te dice quién eres. Estadounidense por fuera, china por dentro,
el gigante asiático es mi cristal literario.”
"En Estados Unidos tengo alrededor de 400 parientes chinos. Salvo una docena, todos los demás tienen el
aspecto típico chino. Dicen que mi tatarabuelo fue el primer chino con coche en
Estados Unidos".
“Hace un tiempo había gente en
China que quería quemar la casa de mi familia, pero el año pasado un equipo de
televisión viajó para estar conmigo y mostró cómo vive una estadounidense de origen chino. Mucha gente lo vio y
sé que les gustó. Con el tiempo las cosas han cambiado, ahora siento que me entienden”.
Aspectos profesionales:
“La verdad, es que yo nunca he querido ser escritora. O, al
menos, no lo pretendía. Mi madre sí que ha sido escritora. Tal vez por eso,
cuando era pequeña decía: “Yo no quiero casarme, yo no quiero tener hijos y yo
no quiero ser escritora”. Cuando acabé el colegio seguía repitiendo lo mismo.
Luego empecé a viajar y ahora soy escritora, estoy casada y tengo dos niños. Escribir es algo que sale de dentro, es
algo que busca transmitir a la gente”
“Antes de empezar un libro, pienso cómo va a ser y los pasos que voy a
seguir. Lo tengo pensado antes de escribir. Por ejemplo, una cosa que hago es
escribir lo primero de todo la última frase. De esta forma se a qué emoción final tengo que llegar y cómo
he de desarrollar todo el libro.”
“A la hora de escribir un libro yo suelo ir a los lugares donde se
ambienta la acción, pruebo la comida, recorro las calles y también hablo con la
gente. En este caso, la gente mayor no ha tenido miedo para hablar de esos
oscuros años. Es gente que ha vivido atemorizada durante mucho tiempo, que ha
visto morir a familiares y siempre tenían el miedo en el cuerpo por qué les
podría pasar. Ahora, tras todo lo sufrido, no sienten ese miedo a lo que les
pueda hacer el Estado. Por eso no me ha sido muy complicado recopilar datos de
esos años.”
“Entrevisté a personas que
habían vivido en la época del Gran Salto
Adelante en China, personas que habían huido a Estados Unidos y a otras
partes del mundo, entre ellas una mujer que con cinco años casi murió de hambre
y, todavía ahora, cuando sale a un restaurante, pide muchísimas cosas para
poder llevarse algo a su casa ya que no se acaba de quitar el miedo de que la
comida se acabe.”
“Casi todas mis novelas han
tenido un final triste. La gente con
la que me cruzaba me decía “iba en el autobús llorando con tu novela” o “menudo
berrinche he cogido en la piscina”. Sin embargo, ahora quiero transmitir que
cuando parece que en la vida todo va mal, cuando todo es tan dramático, existe
la posibilidad de un final feliz.”
Aspectos sociales:
“Si viajas a algunas zonas rurales de China puedes hacer un
salto atrás de dos o tres siglos. Tienen electricidad, pero la vida no ha
cambiado tanto y se siguen haciendo su propia ropa, sus propios
zapatos... “
“Shanghai es posiblemente la ciudad más moderna del mundo mientras
que a menos de 200 kilómetros hay pueblos anclados en un pasado que podría
remontarse un siglo atrás. De todas formas, uno de los aspectos más importantes
es que "el mundo exterior" empieza a estar presente en las zonas rurales
a través de la televisión.”
“La evolución de la sociedad china es muy interesante porque hay varios
elementos que están evolucionando. Así, incluso en este mundo remoto, en todas
las casas hay dos elementos, una lámpara que cuelga del techo y un televisor.
Sólo tienen acceso a los cinco canales estatales pero pueden ver los anuncios, que proceden de todo el mundo
porque todos los países quieren vender cosas en China. Esto significa que en
toda China la gente percibe que existe un "mundo
exterior". Considero que las imágenes de los anuncios están teniendo
un impacto muy fuerte, son una de las razones por las cuales la gente se
desplaza a las ciudades, que tienen grandes bolsas de población
"irregular", o flotante. Buscan lo que han visto en sus televisores. ”
“La relación entre hombres y mujeres en las ciudades ha cambiado
radicalmente. En las zonas rurales, a pesar de que ya no son muy comunes los
matrimonios concertados, todavía es común ver a las mujeres haciendo los
trabajos más duros del campo. Esto no ha cambiado.”
“Con la llegada de Mao, se dio a las mujeres la posibilidad de trabajar en
los mismos puestos que los hombres. En algunos aspectos, China era un país
avanzado en cuanto a los derechos de las mujeres, pero con los mismos problemas
que en el resto del mundo. Hay mujeres doctoras, ingenieras, abogadas... pero
la mayoría de ellas no cobran lo mismo que los hombres por el mismo trabajo.”
“En el mundo rural, sin embargo,
algo más ha cambiado recientemente. Muchas mujeres se van a las ciudades para
trabajar en fábricas del sector textil y ahorran durante unos años para volver
a sus pueblos, donde pueden fundar sus propios pequeños negocios. Esto está
teniendo un gran impacto en las economías
locales. Creo que es uno de los elementos que explican por qué en 1995 el
número de nacimientos de niñas subió por primera vez en muchos años.”
“Asimismo, tienen un valor emocional muy importante que no habían tenido nunca
antes ya que la política del hijo único
ha provocado que haya una desproporción muy grande entre hombres y mujeres. ¡No
hay chicas para todos los hombres! Estos son algunos de los elementos que han
provocado un cambio significativo en la
manera de ver a las mujeres en China.”
“El impacto que tiene el Nu Shu
actualmente es muy diferente, pues ya no significa un elemento de comunicación
entre mujeres en el sentido que lo era antes. Ahora pueden hablar más o menos
abiertamente. Pueden llamar a sus amigas por teléfono.”
“Respecto a cultura china habría que diferenciar
entre el pasado y el presente. Durante muchos siglos, los chinos se cerraron
sobre sí mismos, un ejemplo es la Gran Muralla China, construida para que nadie
entrase. Ahora, gracias a la inmigración
se ha expandido más. En todos los lugares ves ropa china, comida china
(principal rasgo de nuestra cultura), empresas. Todos los años, en las ciudades
del mundo se celebra el año nuevo chino, con gente vestida con trajes típicos y
el Dragón recorriendo las calles.”
“China estaba cerrada al mundo exterior, todo
el mundo hacía lo que decía el Gobierno al otro lado del telón de
bambú, y hoy es una superpotencia
económica, un país comunista
pero con tendencias capitalistas increíbles. Lo que quiero decir es que
dentro de China hay muchas contradicciones reales. A lo largo de la costa la
gente tiene unos ingresos medios más elevados que la mayoría de los
estadounidenses, sin embargo, en el interior, 900 de los 1.300 millones de
chinos viven con uno o tres dólares al día. Hay dos Chinas, una en Shanghai,
moderna y sofisticada, y otra en el interior, a unos 100 kilómetros, donde
retrocedes al pasado 200 años”.
“A veces la verdad, como decimos en EEUU, en
más extraña que la ficción. Esa es una de las cosa más difíciles a la hora de
escribir: cómo hacer para que no parezca
que lo he inventado”.
“La innovación y la fe en el trabajo ahora
están en China, y en Estados Unidos y Europa
nos hemos quedado sin saber qué hacer”.
“En las ciudades chinas la
mayoría de la gente, sobre todo los menores de 30, cree que es libre y que
puede hacer lo que quiera, aunque sea vender agua en las esquinas, incluso la
gente del campo que marcha a las ciudades en contra de la ley, y luego cada mes
hay unas 200 manifestaciones a lo largo del país. Aunque no lo sean, la mayoría
cree que es libre. China seguirá siendo
un país comunista, no muy democrático y en la misma dirección. Llevamos así
1.000 años. Las revoluciones no han cambiado demasiado a China”
Fuentes: